No seré yo quien descubra la importancia de John Paul Jones en la historia del rock. Quienes conozcan a detalle la obra de Led Zeppelin muy bien saben que detrás de los carismáticos Page & Plant se encontraba uno de los músicos más completos, versátiles y talentosos del siglo pasado (y presente), cualidades que quedarían una vez más al descubierto en este increíble debut solista.
Editado en 1999 por DGM (sello discográfico de Robert Fripp, guitarrista y compositor de los elaborados King Crimson), Zooma es un trabajo netamente instrumental, donde su creador no se priva de absolutamente nada, ejecutando todo tipo de instrumentos (bajos de 4, 10 y 12 cuerdas, mandolina eléctrica, kyma (¿?), teclados, órgano, guitarras) y experimentando a gusto y piacere con el rock, blues, noise, avant garde y demás recursos compositivos que posee este gran músico contemporáneo, y lo mejor de todo es que dentro de lo arriesgada que resulta la propuesta, las canciones (algunas más que otras claro) son llamativamente amenas y para nada tediosas, si no escuchad una de mis debilidades, la entrañable Grind, con una deliciosa melodía principal de guitarra, genialmente acompaña por las poderosas cuerdas del bajo del tito Jones, cuyas notas golpean con más firmeza que un yunque.
No seré yo quien descubra la importancia de John Paul Jones en la historia del rock. Quienes conozcan a detalle la obra de Led Zeppelin muy bien saben que detrás de los carismáticos Page & Plant se encontraba uno de los músicos más completos, versátiles y talentosos del siglo pasado (y presente), cualidades que quedarían una vez más al descubierto en este increíble debut solista.
Editado en 1999 por DGM (sello discográfico de Robert Fripp, guitarrista y compositor de los elaborados King Crimson), Zooma es un trabajo netamente instrumental, donde su creador no se priva de absolutamente nada, ejecutando todo tipo de instrumentos (bajos de 4, 10 y 12 cuerdas, mandolina eléctrica, kyma (¿?), teclados, órgano, guitarras) y experimentando a gusto y piacere con el rock, blues, noise, avant garde y demás recursos compositivos que posee este gran músico contemporáneo, y lo mejor de todo es que dentro de lo arriesgada que resulta la propuesta, las canciones (algunas más que otras claro) son llamativamente amenas y para nada tediosas, si no escuchad una de mis debilidades, la entrañable Grind, con una deliciosa melodía principal de guitarra, genialmente acompaña por las poderosas cuerdas del bajo del tito Jones, cuyas notas golpean con más firmeza que un yunque.
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