En estos tiempos en los que citar el disco Jazz Jamaica (el verdadero antecedente, más que los Skatalites, del sonido que tan bien plasmó la orquesta Dancing Mood por estos pagos) o festejar la reunión de The Specials da chapa de cool para las nuevas generaciones de rude boys criollos, no hay que olvidar que cuando todo era nada (el principio) en la Argentina, Madness era el único sinónimo de ska apto para todo público. Influencia jamás ocultada por los primeros Fabulosos Cadillacs (había que ver a Sergio Rotman haciendo pogo entre la multitud en su única visita porteña, cuando tocaron en el Club Ciudad de Buenos Aires), las canciones y los videoclips de Suggs y compañía que se emitían en la TV abierta a mediados de los ochenta los sábados por la mañana enMúsica Total envejecieron tan bien como los sketches de Benny Hill y como todo lo que, en su estética, destila puro clasicismo y elegancia británica. La canción que abre Oui Oui Si Si Ja Ja Da Da se llama “My Girl 2” y sí, es una continuación de su clásico, que da una pauta del modelo 2012 de esta locura trajeada: menos anfetamínica y acelerada que en su época dorada, más cercana al sonido del rocksteady que al two tone. Así “Misery” y “So Alive” denotan, en estas coordenadas descriptas, sendos mid tempos imposibles de seguir sin mover la cabeza o la patita; “The Death of a Rude Boy” funciona como un single efectivo para contar el derrotero de un miembro de la tribu y “Never Knew Your Name” ralentiza la melodía de “Embarrasment”.
“Los Madness son mis amigos”, dijo alguien tan lejano al sonido de la banda como Julian Cope en su autobiografía, sin referirse a lo musical sino a la alegría que emanaban su clips. Ese es el sentimiento que se desprende al escuchar Oui Oui Si Si Ja Ja Da Da: la vieja pandilla de amigos ingleses morirá tocando ska, con un ritmo un poco más lento que antaño, pero sin traicionar sus creencias y sus raíces, tan tradicionales e insulares como una pinta de Guinness en un happy hour o un fish and chips callejero.
Fuente: http://www.losinrocks.com
En estos tiempos en los que citar el disco Jazz Jamaica (el verdadero antecedente, más que los Skatalites, del sonido que tan bien plasmó la orquesta Dancing Mood por estos pagos) o festejar la reunión de The Specials da chapa de cool para las nuevas generaciones de rude boys criollos, no hay que olvidar que cuando todo era nada (el principio) en la Argentina, Madness era el único sinónimo de ska apto para todo público. Influencia jamás ocultada por los primeros Fabulosos Cadillacs (había que ver a Sergio Rotman haciendo pogo entre la multitud en su única visita porteña, cuando tocaron en el Club Ciudad de Buenos Aires), las canciones y los videoclips de Suggs y compañía que se emitían en la TV abierta a mediados de los ochenta los sábados por la mañana enMúsica Total envejecieron tan bien como los sketches de Benny Hill y como todo lo que, en su estética, destila puro clasicismo y elegancia británica. La canción que abre Oui Oui Si Si Ja Ja Da Da se llama “My Girl 2” y sí, es una continuación de su clásico, que da una pauta del modelo 2012 de esta locura trajeada: menos anfetamínica y acelerada que en su época dorada, más cercana al sonido del rocksteady que al two tone. Así “Misery” y “So Alive” denotan, en estas coordenadas descriptas, sendos mid tempos imposibles de seguir sin mover la cabeza o la patita; “The Death of a Rude Boy” funciona como un single efectivo para contar el derrotero de un miembro de la tribu y “Never Knew Your Name” ralentiza la melodía de “Embarrasment”.
“Los Madness son mis amigos”, dijo alguien tan lejano al sonido de la banda como Julian Cope en su autobiografía, sin referirse a lo musical sino a la alegría que emanaban su clips. Ese es el sentimiento que se desprende al escuchar Oui Oui Si Si Ja Ja Da Da: la vieja pandilla de amigos ingleses morirá tocando ska, con un ritmo un poco más lento que antaño, pero sin traicionar sus creencias y sus raíces, tan tradicionales e insulares como una pinta de Guinness en un happy hour o un fish and chips callejero.
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