Bobby `Blue´ Bland "Two Steps From The Blues"

Uno de los pilares fundamentales del paso del gospel, rhythm & blues, blues (en el caso concreto de Bland) y jazz al soul (no dejan de ser vasos comunicantes estos estilos, o si no, pensad en cuantos cantantes con inicios en el gospel, aunque fuera a nivel diletante, se destaparían en el soul) como pueda serlo Ray Charles, este viniendo del rhythm & blues o Sam Cooke (del gospel). Los tres habían partido de distintos puntos pero se encontraron en una meta común. Bland había sido uno de los monstruos de Beale Street, coterráneo de B.B. King, Albert King, Rufus Thomas o Johnny Ace. El disco es muy sofisticado, con profusión de arreglos de cuerdas y metales, para nada similar al blues descarnado que asociamos con nombres como Muddy Waters o Howlin Wolf (por no mencionar el blues primitivo de un Robert Johnson o un Skip James) con similitudes con el periodo "crossover" de un Ray Charles (su etapa en RCA), tan criticado por los aladides de la pureza. Estos defensores de lo negro por el mero hecho de ser algo exótico y puro para ellos, no se dan cuenta que caen en un racismo muy sui generis al pensarse con la potestad suficiente para decirle a un músico negro que música puede tocar y cual no. Se abre con la canción que le da título, un numero de soul sureño si bien, como decía, más sofisticado que lo que podría sonar en un disco de la Stax (por citar el epitome de los sellos sureños), aunque aun así está lejos de por ejemplo, el experimento insolito de"Drowning In The Sea Of Love" (1972) de Joe Simon, que supone la inverosímil inmersión de un vocalista crudo en territorios próximos al sonido Philly (antesala del disco) y al Marvin Gaye o Leon Ware más sedosos. A continuación un clásico "Cry cry cry" donde se nos muestra el arma secreta de Bobby, ese vozarrón negro, viril y poderoso, que se rasga para, insólitamente, impregnar a la canción de la fragilidad impotente del amante despechado. "Don´t cry no more" es un pegadizo y rítmico número que contrasta por su mayor optimismo y jovialidad con lo que lleva sonando. En las canciones de este disco se puede observar de donde saco Van Morrison parte de su estilo como vocalista. Lo cual se haria aun más patente si escuchásemos la versión de "Turn on your love light" de Bobby y la comparásemos con la magnifica recreación de Van al frente de los Them. Las cuerdas y los coros argentíferos se abren paso en "Lead me on" otro clásico, donde el vozarrón de Bobby implora a su amada que le guie. A esta le sigue "I pity the fool" con ese gran momento con la voz restallando entre los latigazos en staccato de los metales. El ambiente se relaja y torna intimo para "I´ve just got to forget you" antes de otra exhibición de garganta al límite en "Little boy blue". Una excelente versión del clásico "St James infirmary" nos lleva a "I´ll take care of you" y su minimalista órgano. De similar maestría y tipo de sentimientos volcados en ella que "Lead me on". Como curiosidad, daba nombre y aparecia versionada en el disco de versiones de Mark Lanegan. La festiva "I don´t want no woman"nos ofrece un respiro a tanto dramatismo y el cierre, otro numero melancólico de "I´ve been wrong so long". En definitiva un soberbio disco, ideal para combinarlo con "At last!" (1961) de Etta James. Este muy buen álbum fue editado en 1961 por el sello Duke y reeditado y remasterizado en 2002 esta vez por el sello MCA. Fuente: http://beausoilel.blogspot.com.ar

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