Yngwie Malmsteen (Spellbound)

Estilo: Neoclassical Power Metal Sello: Rising Force Fecha: 5 de Diciembre de 2012 Este es el primer trabajo de Yngwie Malmsteen a la voz, y sinceramente, espero que también sea el último, no es por nada, pero su talento está mejor adornado bajo la guitarra, que en las cuerdas vocales. Sin embargo, estoy agradecido de que Tim Ripper Owens no forme parte de esta selección, (a pesar de ser un gran vocalista, no tengo nada en contra de él, pero no lo veo muy metido en este ambiente) ya que realmente su voz no pega para nada con la música del genio sueco. Sí es que todavía se le debe llamar genio. La inconmensurable carrera, recorrido de largo y la cantidad de álbumes que lleva editados, no lo ponen en duda. Ya de primeras, cuando supe que Yngwie estaba haciendo las voces de este trabajo, me entró cierto resquemor, ya que no sabía qué me iba a encontrar realmente. Él ya había participado en algunos coros de “Relentless”, pero de ahí a cantar hay un buen trecho. Tiempo después, crucé los dedos para que no se repitiera tal hazaña; y aunque se repite en esta ocasión, su actuación vocal es leve, y solo se ofrece en tres cortes; de todas formas aún sigo pensando que es mejor que se dedique a tocar la guitarra, y a innovar, e intentar superarse, en su rollo no lo hace mal; pero escuchar 10 pistas instrumentales del tirón no es nada fácil; y aunque nunca llueve a gusto de todos, aún espero para una próxima edición canciones orientadas a un plano más abierto, no tan encerrado a la parte instrumental. Y si es necesario, que contrate un buen vocalista en condiciones y la gente se lo agradecerá. Las canciones de este disco suenan atractivas con el típico riff repleto de solos que se repite una y otra vez, muchos cambios de ritmo recodando los arpegios de la música clásica, algo que no me ha gustado y lo achaco a la producción en general, es el sonido de la batería, demasiado pobre, bajo y sin fondo o sucio, llamadlo como queráis. Y es que las baterías programadas son hasta molestas, habría sido mejor contratar un baterista de sesión y que él, aportase su granito de arena, las baterías son simples y lejos de sonar con una destreza tecnológica propia de los discos que se editan en el mercado, hoy día, no aportan nada interesante al conjunto. Tengo que reconocer que el disco está lleno de solos, y más solos, en cierto modo hay potencial, aunque no todas las canciones brillan, sin embargo en una primera escucha este trabajo me resultó una lata y una tortura ajena. Aparte de cantar en tres temas, tocar la guitarra, Yngwie se encarga de tocar el bajo, y este es uno de los buenos añadidos que tiene el álbum, desde que tomó las riendas de este instrumento, tanto la producción como otros aspectos musicales, han mejorado notablemente. Fuente: truenometalico.com